Brasserie
Este lugar tiene un aire informal y relajado. Su decoración es sencilla y original: colores tierra combinados con verde hacen que el sitio sea cálido y nos invite a quedarnos. En cuanto a música, creo que es el restaurante que tiene la mejor en Aguascalientes.
Me reciben con unos panecillos esponjosos sazonados con pimienta. Un tenue sabor a leche y mantequilla se conjugan para crear un pan único.
La ensalada griega con ingredientes de gran calidad. El queso de cabra, las aceitunas y el tomate cherry se complementan, pues cada uno es protagonista y al mismo tiempo le cede el paso al otro, sin embargo no sabrían tan bien si no fuera porque están acompañados de una vinagreta untuosa, color más allá del ámbar que debe contener en sí una milésima de lo que imagino es la ambrosía.
Más tarde una pizza de calabacitas rostizadas con tomate cherry y la otra mitad de alcachofas con cebolla morada caramelizada. El sabor de la masa destaca por esa sutilísima salsa pomodoro que la distingue de todas las pizzas que he probado en mi vida. Es un sabor con esencia propia, con fuerza, añejo, profundo, elegante.
Para terminar un bollito de arándano ligeramente dulce y abundante en arándanos. La decoración de los postres es un festín visual.
Por todo ello el Brasserie ha obtenido dos estrellas de Notas al margen.
F. Elizondo 113, Aguascalientes.
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